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Mi autoimagen: el filtro que me gobierna



“La visión que tenemos de nosotros mismos afecta en profundidad a nuestra forma de gobernar nuestra vida. Puede llegar a determinar que nos convirtamos en la persona que queremos ser y que nos comprometamos y consigamos aquello que valoramos.” Carol S. Dweck. The Power of Mindset. Professor of Psychology at Stanford University.


¿Cuál es la imagen que tienes de ti mismo? ¿Cómo te ves? La respuesta a esta pregunta es tremendamente reveladora porque la percepción que tienes de ti mismo condiciona tu comportamiento y moldea la imagen que tienes de los demás: de tu mujer, de tu marido, de tu jefe, de tus colaboradores, de tus compañeros, de tus amigos…


La imagen que tienes de ti mismo, proviene de tu experiencia personal; de tus propios juicios y de los juicios que los demás hacen de ti y que has hecho tuyos. Estos últimos son tremendamente poderosos y dibujan —nunca determinan— a la persona que crees ser, la persona capaz o incapaz de hacer esto o aquello. Y si aceptamos que la opinión de los demás nos influye tanto... ¿A quién le das poder para definirte?


Nos encontramos ante un bucle. Mi autoimagen esta condicionada por la opinión que otros tienen de mi. Pero resulta que esos otros, a su vez, proyectan sus juicios desde sus propias experiencias condicionantes. Veamos el siguiente corto. Es realmente bueno y quizás nos aclare este embrollo. Se titula “El Circo de la Mariposa”.



El Sr. Méndez no ve lisiados apestosos, ve personas. No ve inútiles, ve gente valiosa; gente con un talento innato que solo hay que despertar. El Sr. Méndez no ve la superficie; lo que todos pueden ver. Él ve más allá. Ve en lo profundo. Ve la belleza que se oculta a los cretinos y se revela a los limpios de corazón. Pero para ver lo que ve el Sr. Méndez hay que ser el Sr. Méndez. Y para empezar a "ser", lo primero de todo es empezar por descubrir mis motivaciones más íntimas.

El Sr. Méndez ve la belleza que se revela a los limpios de corazón

Solo cuando vea en mí lo que detesto de los demás, solo cuando vea en mí lo que aprecio de los demás, solo cuando vea serenamente mi propia imagen, solo entonces podré ver algo más que el barniz superficial que recubre a las personas.

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