¿Qué diferencia hay entre un enfermo de cáncer y una persona sana? ¿La enfermedad…? Parece evidente, ¿verdad? Pero hay algo más: su mentalidad es distinta, muy distinta. Un enfermo de cáncer tiene otra escala de valores. Las cosas que para nosotros son triviales, para él adquieren un valor enorme. Por ejemplo, si pudieras pedir un deseo muy especial ¿qué es lo que pedirías…? Veamos qué responden a esta pregunta dos grupos distintos de personas. Por un lado, familiares de enfermos de cáncer y por otro los propios enfermos. Emparejados, ambos se escuchan mutuamente, pero separados por una pared.
Sin duda, la enfermedad nos ayuda a resituar la realidad; a poner las cosas en su sitio, a valorar lo que importa de verdad. Se trata de redefinir el “marco de referencia”. Estos enfermos de cáncer lo han hecho sin pretenderlo, y al hacerlo han influido poderosamente en la redefinición de los marcos de referencia de sus familiares. Hagamos nosotros lo mismo y no esperemos a estar enfermos para ordenar correctamente nuestra escala de valores y redefinir los principios y valores que orientan nuestra vida.